La sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. ‘Caminar juntos’, laicos, pastores y obispo de Roma. El Papa indica que es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no es fácil de poner en práctica (Papa Francisco, 17.10.2015).
Y el principio sinodal de ser ‘pueblo de Dios’ es escuchar lo que dicta el Paráclito. El Papa quiere que los pastores se escuchen entre sí, y no solo: escucharse entre hermanos cristianos, escuchar a los alejados, escuchar a los más débiles y escuchar a los desheredados.
En las Comunidades del Carmelo Seglar, es necesario vivir en sinodalidad, esto es la capacidad de caminar juntos, de entrenarnos en eso desde los primeros pasos de la formación, que privilegie la capacidad de pasar del yo egoísta al nosotros, lo que también requiere conversión continua y vigilancia. […] La comunión fraterna se construye en la confianza y la proximidad, lo que es posible solo si hay apertura a los demás en dialogo franco y abierto. En consecuencia, a partir de la escucha de los demás y de la confianza, nace la disponibilidad para colaborar responsablemente en la Comunidad, con la Orden, con la Iglesia y con otras iniciativas que busquen el bien de la sociedad. Y aquí hay que caminar mucho, sea en las Comunidades Seglares, sea en la Vida religiosa, con el fin de llegar a vivir lo que hoy se llaman familias carismáticas, donde el compartir en complementariedad algunos aspectos del carisma entre religiosos y laicos, en un camino de comunicación interpersonal hecho de reciprocidad, consonancia y resonancia afectiva, sin confusión entre las distintas vocaciones, para confrontar, integrar y sistematizar el servicio del carisma a la Iglesia y al mundo.