Legislación para el ideal de la nueva forma de vida carmelitana. Teresa se sirvió de las Constituciones observadas en el monasterio de La Encarnación de Ávila, así como de legislación y costumbres de otras órdenes religiosas y consejos de otras personas entendidas.
Organizó la nueva vida con una decisiva orientación contemplativa centrada en la oración, contacto sostenido con la soledad de la clausura estricta, el silencio, la pobreza, la penitencia, el trabajo manual, la abstinencia de carnes y las alegres recreaciones. Santa Teresa no admitió al principio más que a trece religiosas, pero más tarde, en los conventos que no vivían sólo de limosnas sino que poseían rentas, aceptó que hubiese veintiuna.
Describe el régimen interno del convento, con horarios, sanciones, normas de vida, etc. Dando buena idea de su rigor:
“En verano se levanten a las cinco, y estén hasta las seis en oración. En el invierno se levanten a las seis, y estén hasta las siete en oración.”
“No puede hablar una hermana con otra sin licencia, si no fueren las que tienen los oficios en cosas necesarias”.
“Todo el tiempo que no anduvieren con la comunidad, o en oficios de ella, se esté cada una por sí, en las celdas o ermitas…”
“Hase de vivir de limosna siempre, sin ninguna renta y, mientras se pudiere sufrir, no haya demanda. Mucha sea la necesidad que les haga traer demanda, …”. Se refiere la renta a ingresos regulares asegurados. San José de Ávila se fundó sin renta, pero en poblaciones menores de pocos habitantes y de carácter rural la santa fundó conventos con renta. Demanda se refiere a pedir limosna ellas o alguien en su nombre.
“En ninguna manera posean las hermanas cosa en particular ni se les consienta, ni para el comer, ni para el vestir… sino que sea todo en común… Y por esto tenga mucho cuidado la priora en que, cuando viere alguna hermana aficionada a alguna cosa, ahora sea libro o celda o cualquiera otra cosa, de quitárselo.”
“Hase de ayunar desde la Exaltación de la Cruz, que es en Septiembre, desde el mismo día, hasta Pascua de Resurrección, excepto los domingos. No se ha de comer carne perpetuamente.”
“Las camas sin ningún colchón, sino con jergones de paja: que probado está por personas flacas y no sanas que se puede pasar… jamás haya alfombra, si no fuere para la iglesia”
“En vestido y cama jamás haya cosa de color, aunque sea cosa tan poca como una faja…Han de tener cortado el cabello, por no gastar tiempo en peinarle. Jamás ha de haber espejo, ni cosa curiosa, sino todo descuido de sí.”
En el locutorio: “A nadie se vea sin velo, si no fuere padre o madre o hermanos… Téngase gran cuenta en hablar con los de fuera… véanlos muy pocas veces, y éstas concluyan pronto.”
“No se haga más con la priora y antiguas que con las demás.”
“Ninguna hermana hable en si se da mucho o poco de comer, bien o mal guisado.”
“Las enfermas sean curadas con todo amor y regalo y piedad, conforme a nuestra pobreza…”.
También da normas para elegir novicias: “... que no sean menos de 17 años… Cuando se tomare alguna, siempre sea con parecer de la mayor parte del convento; y cuando hagan profesión lo mismo.”
Por último establece las correcciones para la culpa: “ … leve, …media, …grave, … más grave, … gravísima”.