Fuente: http://www.santateresadelosandes.cl/
Ella se llamó Juanita Fernández Solar. Nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900, en el seno de una familia acomodada muy cristiana.
Escribe ella en su diario:
“Nací en l900, el día 13 de julio. Mi mamá se llama Lucía Solar de Fernández y mi papá Miguel Fernández Jara.
Vivíamos con mi abuelito, anciano ya. Se llamaba Eulogio Solar. Se puede decir que era un santo, pues todo el día se le veía pasando las cuentas de su rosario.
Jesús no quiso que naciese como Él, pobre. Y nací en medio de las riquezas, regalona de todos.
Yo era la cuarta. La primera se llamaba Lucía, que tenía siete años, Miguel el segundo, seis años y Lucho, el tercero, tenía tres años. Poco después nació la Rebeca; con año y ocho meses de diferencia conmigo. Era yo, aunque tan regalona, muy tímida. La Rebeca era lo contrario. Las dos éramos muy regalonas. Hacíamos con mi abuelito lo que queríamos y le engañábamos con besos y caricias. A mí, desde chica, me decían que era la más bonita de mis hermanos y yo no me daba cuenta de ello”
Desde sus 6 años, asistía con su madre casi a diario a la santa misa y suspiraba por la Comunión, que recibió por primera vez el 11 de septiembre de 1910. Desde entonces procuraba comulgar diariamente y pasar largo rato en diálogo amistoso con Jesús.
También desde su niñez vivió una intensa vida mariana que fue uno de los cimientos fuertes de su vida espiritual. El conocimiento y amor de la Madre de Dios vivificó y sostuvo todos los momentos de su camino en el seguimiento de Cristo.
Hizo sus estudios en el colegio del Sagrado Corazón (1907 – 1918). Profundamente afectiva, se creía incapaz de vivir separada de los suyos. Sin embargo, asumió generosamente la prueba de estudiar en régimen de internado los tres últimos cursos, como entrenamiento para la separación definitiva, que consumaría el 7 de mayo de 1919, ingresando en las Carmelitas Descalzas de Los Andes, ciudad que está a 75 km de Santiago de Chile y a los pies de la cordillera de los Andes. Cambia su nombre y pasa a llamarse Teresa de Jesús, como la Santa Madre fundadora del Carmelo Descalzo. Cinco meses después, el 14 de octubre del mismo año toma el hábito de Carmelita Descalza.
Muere el 12 de abril de 1920 a los 19 años y nueve meses. Alcanzo a vivir once meses en el Monasterio de las Carmelita Descalzas.